miércoles, 29 de febrero de 2012

Pensar desde la poética: "Esos muchachos peronistas..."

LA JUSTICIA ES CIEGA PERO EL PUEBLO NO ENMUDECE 




"Se produce una sorprendente correlación: al poner en actividad la imaginación poética y abarcar al hombre total, la revolución como acto en sí es poesía colectiva. Ahora bien, ese momento de mayor intensidad del hombre prefigura una poética que no necesariamente se manifiesta como sistema ni como escritura. La revolución es un tajo, una discontinuidad. Un poder se triza y se desata una nueva fuerza histórica que necesita para expresarse formas de representación no dominadas. En una revolución la retórica es una presencia necesaria. Sin embargo, en la externidad de sus formas canónicas, reconocidas, prestigiosas, la literatura continúa, generalmente siendo contrarrevolucionaria. Paradójicamente, la revolución sólo suele efundir formalizaciones duraderas mucho tiempo después de su irrupción, cuando ya ha sido copada por una tecno-burocracia. Entonces la retórica se vuelve, otra vez, campo de batalla.
La segunda cita que alude a la relación entre revolución y poesía, es de León Trotsky: “La revolución – postula- arrancará para cada individuo el derecho no sólo al pan, sino a la poesía. […] Conquistemos, para todos y para todas, el derecho al pan y el derecho al canto”. (Trotsky, 2008: 39-40)
por Jorge Torres Roggero en revista silabario (ver bibliografía al final del documuento)


PRIMERA ENTRADA:
En este post, queremos reflexionar sobre los autores peronistas de la década de los 60 y 70., hemos seleccionado poemas de cuatro autores cordobeses y un cántico popular, escritos en el período de proscripción del peronismo, de 1955 a 1966, y del régimen autoritario impuesto por la última dictadura militar.
Censurado el partido, acallada la voz del general muerto, ¿qué estrategias elaboró la poesía cordobesa para resurgir en su seno los significados más profundos del peronismo?, ¿es posible hablar de él sin explicitarlo, siguiendo un recorrido de líneas significativas fundamentales trazadas a su alrededor?
Debemos advertir que entendemos por lucha y resistencia[1] peronista no sólo la guerrilla armada que se formó después de la proscripción sino también cualquier postura ideológica en adhesión a los principios básicos que fundó el movimiento desde el 17 de octubre de 1945[2]. En este sentido, entendemos por militancia la toma de la palabra misma para hacer una revolución poética desde las ideas y la forma. Los poetas que tomaremos, reconocidos por su participación dentro del peronismo en Córdoba, son: Jorge Torres Roggero, Edith Vera, Héctor Solasso y José Guillermo Mariani[3]; además hemos seleccionado un cántico popular anónimo que circuló durante el proceso de facto de 1976.




[1] Si bien el término “resistencia peronista” se utiliza mayormente para referirse al período comprendido entre 1955/1973, en este caso hemos extendido su alcance para describir las voces disidentes de los militantes del partido que aunque, violentadas y pretendidamente silenciadas por completo  durante el gobierno de facto, circularon  aún como el murmullo continuo  de un lamento y un reclamo presentes a través de papeles surgidos en el seno de la clandestinidad o en el canto no apagado de la comunidad.
[2] Compartimos, entonces, la postura de Mario Eduardo Firmenich, quien encabezó una polémica contra quienes le adjudicaron el asesinato del Padre Mugica a la organización que representa. Ambos, el padre y Montoneros, habían visibilizado un mismo enemigo en común, por lo tanto sería ilógico que no fuesen compañeros en la lucha aunque persiguiesen distintas movilidades para la acción, en un caso la no violencia y en el segundo ejemplo, la toma de las armas (ver BASCHETTI, 1997: 53-65).

[3] Lo presentado aquí, no obedece a una selección que privilegie criterios de calidad
estética: Es la reunión de la totalidad de las voces encontradas, con intención de mirar la
escritura literaria como práctica social. Mucho del material es inédito, y fue leído o repartido
en bares y calles durante los 70 y los 80.El resultado es sumamente rico en relación a posturas estéticas, producciones simbólicas y actitudes frente a la lucha cotidiana, que van desde el testimonio realista hasta la
abstracción. En ellos pueden encontrarse los perfiles de identidades generacionales, proyectos
e imaginarios, afectos y anhelos.
También es posible descubrir la proyección de la temática y la problemática en las
voces surgidas posteriormente a la dictadura militar y al festivo período de reapertura
democrática: en los 90 los signos de los 70 y la herida de la represión reaparecen, en
algunos casos con palabras cargadas de nuevo sentido. (MEDINA, 2002) “Prólogo”.

SEGUNDA ENTRADA:
Comenzaremos a analizar la resistencia peronista en Córdoba identificándola con la poesía de Jorge Torres Roggero. El autor participó con ensayos y poemas en revistas literarias como "Laurel" y “Lugones”, en Córdoba; "El Barrillete", “Encuentro” y “Vigilia”, en Buenos Aires. Su obra poética es frecuentemente mencionada en libros y artículos que versan sobre la Generación del 60 en la Argentina, de la que participaran también Juan Gelman, Roberto Jorge Santoro, Héctor Negro, Juana Bignozzi, Julio César Silvain y Hugo Ditaranto entre otros. Ésta surge como herencia de aquella dicotomía que había marcado los años 20 entre Boedo y Florida y los poetas adoptan una postura ante la literatura como práctica social, como lucha por la palabra y desde la palabra y como modo de participación política, siguiendo la iniciativa de los primeros. Una de las características del movimiento es la reproducción de situaciones cotidianas como tema poético. El poema 4 de El que tenga oídos, es un ejemplo de ello:
He aquí que yo salgo temprano, pensé/ y me reparto como pan por toda la ciudad:/ el riñón en el asiento del colectivo, /las manos en apretones perdidos para el amor/los callos en las veredas, en los estribos,/ en los ascensores en las arenas,/ de modo que ya nadie deja de pisotearme,/las palabras en orejas de sordo y /al corazón lo pico en picadora,/ lo siembro en bolsillos abúlicos/ para que perseguidos por moscas/ tengan que mandarse a mudar de sí mismos/ o roer esa gelignita palpitante/ hasta que explote en vómito su imagen” (TORRES ROGGERO, 1966: s/d)

De este modo, la poesía queda engarzada a la expresión del pueblo, uno de los grandes significantes usados por la militancia peronista,[1] mediante el uso de un lenguaje coloquial - en este caso de relieve en la expresión “mandarse a mudar”- y la  representación de escenas de la vida corriente como el diario trajinar en un día laboral. El poeta deambula por la ciudad y se conecta con su comunidad, repartiéndose “como el pan” (alimento vital de ésta), dejando su huella de pies cansados sobre el suelo para ser “pisoteado” por “todos” o desperdigando su amor en apretones marcados sobre las barandas. Por eso descubre la conexión profunda que existe entre estos seres anónimos que diariamente se entrecruzan y comparten vivencias que laten en lo profundo de ese espacio –o suelo- en el que cohabitan. Sin embargo los símbolos del pueblo, se representan como oscuros e indescifrables ante la ciencia occidental. El pensamiento popular radica en lo que Kusch llama un “pensamiento germinal” o “seminal” basado en una manera afectiva de ver el mundo desde la concepción del fruto para el indio que se da, sin saber por qué, de una vez y para siempre, a la manera de una “entrancia” según Stern, que personaliza al mundo y enfrenta el desgarramiento del hombre entre la vida y la muerte persiguiendo un afán de salvación a través de la religiosidad. Podríamos decir que es una manera de buscar una superación dialéctica a una oposición irremediable apelando a un plano trascendente. En cambio el “pensar causal” es una manera intelectual de ver la vida, a la manera de una “saliencia” de la personalidad según Stern, que busca siempre la solución a través de la ciencia. Por eso, el autor, en su rol de intelectual, ingresa al pensar causal de occidente y tritura su corazón para sembrarlo , como una "gelignita palpitante",  entre los bolsillos abúlicos de sus alumnos, los que tendrán que enfrentar esa saliencia de la personalidad del hombre moderno que irrumpe en la gran ciudad hasta que explote como un vómito su imagen. Porque el pensamiento americano y la cultura del estar[2] que representa nuestra auténtica identidad -según Kusch- está siempre cubierta bajo el epíteto del “hedor”[3] que se oculta detrás de nuestra presuntamente “limpia” ciudad, aquélla parte de nosotros que “todo buen ciudadano debe reprimir y escupir para que no se vea” y que aflora mediante el proceso de fagocitación que nos devuelve –como un “vómito”- nuestra verdadera imagen.

Por otro lado, su poética aproxima la figura del intelectual a la de la clase trabajadora en general, como podemos ver en el poema 6 de El que tenga oídos, donde expresa la celebración del hombre común hacia las cosas simples de la vida.
Pero cuando llega la noche, he aquí que mi alma/ sale a la calle/ como una vieja bruja y/ convoca a todos mis pedazos/ Ellos/ vienen cansados,/ se han prodigado a fondo,/ han puesto nervio,/ han puesto lo que nadie que se precie le falta/ Y vuelvo a ser de nuevo el sonriente compañero/ que entra pisando fuerte,/ derecho y al instante contrahecho/ Ella/ me besa y el viene corriendo:/ tiene olor a pipí y a mundo nuevo/ Y nos sentamos a comer y a conversar/ o a quedarnos callados como pilas eléctricas/ que se cargan mutuamente de vida,/ porque yo soy un proletario de gafa y portafolios/ que alquila un lugarcito por si se cae muerto…” (Torres Roggero, 1966: s/d)
Del mismo modo, en el poema III de la serie “Jornada” del libro Las circunstancias, el autor poetiza su labor en el ferrocarril, realizada paralelamente a su oficio de escritor:
Cada uno en cubil de su tarea/ retiraba lo dicho/ con vergüenza volvía de la Vida a su vida/ con fuego vi cortar el hierro y el acero, / con fuego vi soldar el lomo de los rieles. /Los fragores tronchaban los nudos de mis huesos: /de pedazo en pedazo iba cayendo/ mi execrada carne al fuego” (TORRES ROGGERO, 1962: 17)
La representación corporal atravesada por los impactos de las labores diarias es una constante en la poética de Torres Roggero, en este caso, las manos de un obrero con “nudos en los huesos”, o también así, los callos o los dientes apretados por el frío del invierno. Es frecuente además el uso de metonimias como “el riñón en el asiento del colectivo” o “los callos en los estribos”, que ya vimos en el poema 4. El cuerpo, de este modo, se desgarra y se entrega en el acto vital del trabajo presentado, casi, como un ritual de ofrenda por el cual se reúne con la naturaleza del fuego sagrado en el que se funde su carne “execrada”. De este modo, utiliza una vez más otro significante primordial para la resistencia peronista: el trabajador.
Su labor en el ferrocarril marca su vida, pues es el trabajo que también realizó su padre y que lo hermana con el destino del hombre común, incluso con el del mismo Jesús, Cristo pobre, hijo de un carpintero, como se percibe en los tres poemas de la serie “Situación” del libro Las circunstancias donde nos presenta una pequeña autobiografía:
Nací de noche en Cañada de Luque/ lugar de obrajes y de hacheros, /me escuchaste venir como un tren de carga milenario/ oh padre ferroviario (…)/la constante piel de gallina de este mundo. / Lunares de continentes se adornaban/ hablaba y entendía los idiomas del hombre/ Fue esa noche también la misma noche/ en que nací en Moscú, en N. York, en Roma/ y sobre todo en Jerusalén (…) Entre un bosque de puños y de pechos grité un día/ sublevación de raíz/ partía mis labios/ en un brote de puro/ nervio (…)/ se pudrirán los que me increpaban/-Eh, tú, hijo del ferroviario, que gritas libertad y la llevas en/ un libro debajo del brazo/ hazla dormir en tu vagón residencial por un buen rato” (TORRES ROGGERO, 1962: 25)
Torres Roggero se siente comprometido con el peronismo como un “grito de libertad” que no sólo duerme en un libro sino que está latente en el alma de cada trabajador que reclama justicia social. Para el autor, el peronismo, significa también una revolución poética que pone en el centro de la escena, aquél 17 de octubre de 1945, a los excluidos que luchan por la toma de la palabra. La cultura popular emerge como un canto soterrado en el lenguaje del dominador y amerita un nuevo estilo y una retórica singular para ser expresado:
El pueblo estaba tomando la palabra y era un solo grito. Hacía falta una profunda liturgia para desamordazar un lenguaje por mucho tiempo dominado. Vestido con su ropa de trabajo, disfrazado de gaucho, mostraba su irreverencia frente a las instituciones de la opresión. Y comenzaron a retumbar, por primera vez en la historia política moderna, los grandes bombos. Venían de los circos, de las bandas de música de los inmigrantes, de los misachicos y carnavales norteños. Su ritmo era el espondeo del corazón profundo. El goce, como actividad estética primaria, libraba al hombre del trabajo penoso y lo capacitaba para otras experiencias (…) La canción sonaba todavía como un murmullo sordo, como un áspero trabajo de erosión. Es cierto, la muchedumbre todavía no podía nombrarse ni a sí misma, pero creaba una liturgia, unos símbolos, un talante no solemne, de fiesta desatada.” (TORRES ROGGERO, 2009: s/d).
La celebración como acto subversivo del pueblo que emerge victoriosamente bajo la bandera del peronismo, es el motivo de “Pero”, escrito durante la última dictadura militar. Aquí, bajo el “amordazamiento” y el silencio impuesto se esconden el “amor” y la “danza” que, como un murmullo de la multitud persisten en el pueblo a la manera del canto, que se niega a ser desplazado y busca su plaza (como aquél 17 de octubre) para manifestarse, para reunir a los descamisados, a los compañeros, a la comunidad entera cuyo lenguaje mismo se resiste a ser violentado, dominado, subyugado.


“¡Remordido silencio mi silencio!/, ¡qué cuajones de mudez espesa de AMORdazadas voces en derrota/ pero en acecho siempre siempre pero en danza!/Tascar decibles cosas desacordes/  (des-cosadas, des-dichadas, des-bocadas/ y un indecible Todo ensilabado/ pero saliva al fin pero con alma. // O estar callando pero haber ritmado/ gritos de corazón, bombos de adentro, / fiesta de luz centrada en boca abierta/ pero bien ojo, pero charco ciego// Estudiarse, vivir, hablarse a solas/ eso que está cantado, que se viene/ porque saltando coágulos, cesuras/ por todas las arterias bail-andando/ se aproximan, se empujan, de desplantan/ vocablos des-plazados, sin camisa/ pero con fe, con causa, compañeros// Yo no sé lo que son, pero están siendo,/ si van o vuelven yo no sé, pero estos/ sin plaza están pero emplazando vienen” (TORRES ROGGERO, S/D).
En “Oda de la Amada Hermosa”, escrito con anterioridad al período de facto, pero republicado en la revista Laurel en ese contexto, recupera la figura de Eva Perón. Los peronistas hicieron suyo un cántico que decía “Yo te daré,/ te daré, niña hermosa,/ te daré una cosa/ una cosa que yo sólo sé”, al que después reemplazaron el mote “niña” por “patria”. Eva es la “patria hermosa” amada por su pueblo que emerge bajo recuerdo místico de su figura honrada presente aún en esos tiempos de “alpargatas vacías”, de dientes “resquebrajados” por un pedazo de pan y de madres “estercoladas” por el “azadón del miedo” que buscan a sus hijos.

“Hermosa eres, amada./ Como una botella de precioso licor/ y las mojarras de tu cara nadan/ en ríos de alegría/ (hay alpargatas vacías/ hay hormas de carne rota;/ penden paredes de lona/sobre catres deseales/hay dientes resquebrajados/por un pedazo de pan/hay primaveras de sangre/ en las plantas de los pies//Hermosa eres, amada,/ y tus senos florecen en a noche/ corazón de maíz,/leche de sombra/( hay ubres de piedra pómez/nodrizas sólo de víboras/ hay matrices abortando/tribus de cardos mendigos/hay madres estercoladas/ por el azadón del miedo)//Hermosa eres, amada,/ solitarios lunares de pantera/son tus pezones en la piel del alma/(hay quijadas de cañón,/ hay plan de plomo mordiente/ y para el grito y la alarma/ hay revueltas matemáticas/y, a veces, sublevaciones, de máquinas de escribir(…)// Hermosa eres, amada/ con hermosura fiel siempre a sí misma/ pero ¿que haremos en el mundo oh niña/ cuando ya no haya un rincón para el amor? (TORRES ROGGERO, S/D)




 Hugo Rivella, recuerda también en sentido que “la fiesta” tiene, para la cultura popular.


" Mira como se gasta nuestra vida,/cuando las cosas se marchitan y no dejan margen ni lugar,
para que liberada la garganta, los de abajo digan basta/y se empiece a caminar./Mira como la gente va distante,/desnudando su alegría en un tiempo ciego y de cartón,/porque todos los rostros se han perdido/en un juego peligroso, demencial y de dolor,/Este es un candombe a la memoria de toda esa gente/que no canta por cantar,/porque por la herida abierta del que canta,
como el fuego que no cambia/va de pie la libertad./Deja todos tus miedos con las dudas,
que la vida, va en la sangre del hermano que canta, en la flor,/vive, como los hombres, que en los ojos/le amanece la ternura y el coraje tiene voz. (MEDINA, 2003)



En el poema 1 de El que tenga oídos describe el lugar del, del paria, del desclasado, el marginal que parece hacerse un hueco, un espacio vacío, en el lenguaje mismo que no precisa nombrarlo para denotarlo, ante la mirada absorta del poeta que se conmociona frente su espectáculo sórdido:
Frente al lugar maldito que yo digo/ salen todas las tardes ancianas gemebundas (…) El lugar que yo digo es/ como una cicatriz hedionda en la cara de la ciudad./ Sólo los patoteros de los arrabales/ explotan de noche sus canteras (…)Todos los que pasamos por el lugar que digo/ no queremos pensar en lo que vendrá:/ porque al fondo de aquellas cicatrices superpobladas/ de gusanos/ seremos arrojados algún día/ tal como se arroja la bazofia del centro/ en los zanjones florecidos de niños de las /villas miserias/ Nada decimos los que pasamos por el lugar que digo/ pero no podemos dejar de mirar, sin odioso temblor…” (TORRES ROGGERO, 1966: s/d).
La pobreza es, para el autor, un espejo donde la clase media puede contemplarse en su pequeña humanidad y en su condición de simple mortal, que no obstante no deja de mirar al “otro” con “odioso temblor”, es la reacción que produce para Kusch, el “hedor” que rodea América Latina. Este poema pone de relieve una figura clave para el peronismo que es el pobre o el llamado “cabecita negra” que viene del interior a buscar un trabajo y puebla las calles de la gran ciudad cuando emerge el peronismo que le da cabida a sus reclamos de participación política y justicia social.
Los siguientes poemas, fueron recopilados por el investigador Mariano Medina en un C.D Room (adjunto) que refleja los principales testimonios de la poesía militante durante el último período de facto en la  Argentina.  Hemos seleccionado aquellos que guardan especial relación con el peronismo.
Torres Roggero nos habla de la importancia de captar la cultura popular que reclama por su voz y voto aquél 17 de octubre[4]. Siguiendo sus palabras, hemos tomado este cántico anónimo y popular como un ejemplo de la alusión al peronismo en un contexto de resistencia. Circuló durante los años de la última dictadura y hace referencia al aumento de la deuda externa y el crecimiento de las privatizaciones que cercenaron la posibilidad de regulación estatal y aumentaron los índices de pobreza y desempleo en el país. Lo tomamos como un ejemplo del nacionalismo que enfrenta al “pueblo” a los avances del imperialismo, como lo afirmaba, Jauretche con respecto a los grandes movimientos populares de la Argentina:
Se va a acabar/ se va a acabar/ la dictadura militar/Paredón/Paredón/ A todos los milicos/ que vendieron la Nación/ si este no es el pueblo ¿el pueblo dónde está?/ Olé, olé, olé, olé, olá/ La dictadura se va a acabar/ si no hay justicia, hay escrache/ popular/ Los desaparecidos son nuestra/ memoria/ desde la Resistencia a la victoria” (MEDINA, 2003:4)
Edith Vera  nació en 1925 en Villa María y fue directora de nivel inicial hasta 1979, fecha en la que fue cesanteada por la dictadura militar, debido a su participación dentro del peronismo de izquierda. Fue, además, reconocida compositora y poetiza. Su labor literaria especialmente se destaca en el público infanto- juvenil, el más famoso de sus libros se llama: Las dos naranjas y es una obra para niños.   
En “Quiero la poesía” vuelve a hacer alusión al concepto de “pueblo”, que ya veíamos en el cántico anterior:
La poesía/ camina por el pueblo/ trepa a los techos/ entra por la ventana, /golpea a las puertas/ buscando algún lugar donde/ hacer su fuego// Si no fuera así/ poco valdría (MEDINA, 2003: 58a)
Recordemos que esta categoría se define para Dussel, según sus contrarios El pueblo tiene tres opuestos para el autor: 1) el imperialismo; 2) la burguesía nacional; 3) la burocracia, los tres se enfrentan mediante una revolución, que puede ser: 1) patriótica, si es una lucha contra los avances del imperialismo sobre la nación 2)social, si es una lucha por una redistribución de la riqueza y la justicia social como conquistas del estado 3)cultural, si enfrenta el proceso que obstaculiza el desarrollo social, es decir, la burocracia.
El peronismo, para la resistencia, puso en el centro de la escena política una emergencia del pueblo como eje de acción y significó una revolución en los tres ámbitos mencionados. Por eso esta canción afirma la validez de la poesía en su capacidad de ser popular. “A Instancias de la Tarde Debo Decir”, también de Edith Vera, recuerda a los principales autores comprometidos con la lucha peronista Marechal, Conti y Gelman:
“A instancias de la tarde debo decir/Que nunca escribiré una palabra contra los vuelos/Contra el amor, el animal, el minúsculo liquen florecido/A instancias de la mañana debo decir/Que amo las lechugas, los berros,/Las recetas de cocina contagiadas de Proust/ Los desayunos tardíos con el pan de cereales/ Y atiendo desde que nace el día el coro de Marechal, Conti, Gelman y Azofeifa/ A instancias de la noche digo/ Que con papel y pluma acompaño/Al melancólico Chagail/Planeando con su mujer y un ramo de flores/ Sobre los techos de su casa/Cuando planeo sobre los techos de mi casa/ Bach, Ginastera y otros me piden/Que con hojas pentagramadas/ Les haga tricornios ornados con plumas de benteveo.” (MEDINA, 2003:51a)
Otro de los autores que toma el investigador Mariano Medina, es el cura José Guillermo Mariani. El escritor nació en Villa del Rosario y fue ordenado sacerdote en 1951. Entre su labor literaria se destacan los libros: Poemas de tiempo y sal,  Espacios, En carne viva, Goteras de Infinito, Enhebrando el infinito y Poemas de Confesión y denuncia. El  padre Mariani, ha hecho pública su adhesión al peronismo en su actual militancia dentro del Partido Justicialista de Córdoba y en las filas del kirchnerismo.
En esta canción, pueden observarse los ecos de aquella  prédica del Movimiento del Tercer Mundo que ubicaba a Jesucristo como pilar de una doctrina anclada en la defensa del pobre. Aquí  el “yo lírico” escucha la palabra de Jesús como una “caricia” para los humildes, entendiendo incluso la violencia como un “estallido” necesario, si la justicia social se “esconde con los signos de los tiempos”:
“Guardo muy dentro el sonido de tu palabra paterna/como se guardan estrellas en una noche serena./ y con coraje de aurora/ la despierto en la mañana/ para clavarla en la carne/ de la realidad humana/tu Palabra es suave brisa/y también viento impetuoso/ Ella es caricia de humildes/ y látigo de orgullosos/el hambre y la sed le duelen/ como duelen a los pobres/ y por eso es estallido/ si la justicia se esconde/ con los signos de los tiempos/ La palabra marcha unida/ con la Vida se hace historia/ Con la historia se hace Vida” (Medina, 2003 36a)
En el poema “Mueren en las calles”, Mariani concibe la muerte en la lucha contra la tiranía y a favor de los desposeídos como un “camino de triunfo y ofrenda” y hace alusión a los desaparecidos durante El Cordobazo:
“Los mendigos que no tienen techo/ y un día amanecen tendidos/por el frío o el hambre en la calle/o borrachos de pena y de vino/Los pequeños sin casa ni padres/que no piden llegar a esta tierra/ y se van, sin pedirlo tampoco/por la fiebre o el hambre o la guerra/Los obreros que buscan justicia,/ los muchachos que luchan sin armas/por romper unos moldes que estrujan/sin conciencia sin nombre sin alma/ cuando un día su sangre caliente/moja y tiñe el asfalto insensible/ ¿Dónde está el asesino?, gritamos/y ocultando “nosotros” decimos son “ellos”/ Es que el hijo del hombre no tiene/ni aún dónde poner su cabeza (…)/ Él ha muerto allá afuera en el campo/ comulgando con los expulsados/ el que darnos su vida da todo/con ladrones está colocado/ Comunión que redime en la lucha/y transforma la calle en patena./Comunión que convierte la muerte/en camino de triunfo y ofrenda”  (MEDINA, 2003:54b)
Héctor Solasso nació en 1938 y es una de las principales figuras de la resistencia peronista durante la última dictadura militar. En la década del 60 formó el Taller de Escritores “Sol Urbano” y entre sus principales libros se cuentan: “Diario de a Bordo”, Con la poesía al hombro y Contra la muerte.
El poema “Con la Poesía al Hombro”, que elegimos para culminar nuestro trabajo, es una muestra de la poética como militancia política que logra reunir en su seno a vida misma, hecha de cotidianeidad, de humanismo y de una ideología que resiste a la tiranía de los tiempos:
Y bueno/ aquí estoy otra vez, después de todo/erguido entre mis piernas/parado sobre este pedazo de sombra soleada/gastada, pero mía./ Agarro las intelectualizaciones, la soledad/la tristeza, / la rompo en pedacitos/y las tiro al cordón de la vereda;/ largo el hilo, tinqueo y me remonto/ por sobre mis vacilaciones de barrilete de nuevo; /agarro la cotidianeidad por sus cuatro puntas/las esperanzas, los sueños/los ato en el extremo de un palito/y me los echo al hombro./ Agarro este poco de dignidad/ de praxis ultrajada/y me la echo al hombro./ Y me meto en la vida./ Y me meto en la vida qué carajo/ me entierro hasta los codos/ me la subo hasta el hueso/y me voy con los hombros de ahora y para siempre// Con la poesía al hombro a falta de otra cosa/con mi humanismo al hombro que es casi una bandera/ con la poesía al hombro a falta de fusil/y por ahora” (MEDINA, 2003:59)



TERCERA ENTRADA:

En este ensayo, abordamos el peronismo como una práctica construida desde el eje de la resistencia alrededor de tres banderas fundamentales: 1) Participación y soberanía popular, 2) Justicia social, y 3) Patria económicamente libre de las ataduras políticas y financieras del extranjero.  Se asocia, entonces a varias palabras. En primer lugar a “Nación”, porque conlleva una defensa del patrimonio, también a “Patria”, pero una patria “grande” que hay que cuidar de los intereses foráneos. Y fundamentalmente se asocia a “Pueblo”. ¿Y qué es el pueblo? Podemos decir, siguiendo a Dussel, lo que NO es: Pueblo no es explotación, ni es oligarquía. “Pueblo”  se parece entonces a “equidad” y “Justicia Social”, otras tres palabras que resuenan continuamente en el vocabulario de la militancia, al igual que “Obrero” o “Proletario”, porque se alienta la lucha de los trabajadores por sus derechos  y se persiguen, fundamentalmente, otras cuatro palabras: “Redistribución de la Riqueza” y por eso se asocia a “Inclusión Social”.  En este sentido, el peronismo para la militancia puede ser pensado no sólo como un partido político sino como la expresión de un pensamiento y de una metodología singular para comprender la historia o acercarse a los fenómenos sociales independientemente incluso de los acciones llevadas a cabo por los gobiernos peronistas en sus diferentes períodos. Creemos que es posible pensarlo, entonces, como una poética (como afirma Torres Roggero) en el sentido de que entabla una lucha por la palabra y desde la palabra que se articula alrededor de una línea de significantes fundamentales que implican, para el investigador, saber capturar los “oscuros” símbolos de la cultura popular que se representan por medio de él.
La poesía revolucionaria resiste a la tiranía de la proscripción y la violencia militar renovando su capacidad de ser popular; de reflejar la celebración de la comunidad en sus muestras de alegría subversiva; de replicar por la ausencia de la protección del patrimonio nacional y de reclamar por la justicia social engarzándola a una comprensión libertaria de la doctrina católica. Es una poesía de la poética peronista que resiste a la tiranía de los tiempos a través de signos cargados de sentido para la militancia que les permiten decir lo no dicho y escuchar lo no oído entre el “silencio” de la comunidad amordazada.

CUARTA ENTRADA: POSTFACIO

Mutis (*)

“….No le será forzoso
Rogar, fingir, temer y estar quejoso”
(Égloga II, Garcilaso De la Vega)
Y ahora,
            Compañeros
Cerremos bien el pico
Armemos un bollito de palabras
Lo echemos en la boca,
Mastiquemos, traguemos, digeramos
El ton y el son,
las heces y el seseo
Lo echemos en la boca.
           Oh insonoros
Mastiquemos su luz
Traguemos su alma
Digeramos mudez,
                                 (ni un mu soltemos)
Y entonces,
                    Compañeros
Reducidos a bloque de silencio,
A puro estar, a vida ensemillada,
Preludiará el temblor de los que dicen
Y se helará el sudor que declara,
Del que apunta, del que esgrime y boconea,
Del que ordena, el que grita y mandonea,
Porque
El silencio atruena y escarmienta,
Es peor que un tanque cuando
                            Pasa y pisa
Y cuando cae
                   Cae en megatones…..
Y sépalo también (sépalo y calle)
No se puede prohibir y no se allana.

Torres Roggero. Jorge (1991) Eucalypto y otro poemas. Ed. Argos. Cba.Pp. 51

(*)Significa "salirse de la escena", voz usada en el teatro, para correrse a otro lugar o acallar (ver RAE online) .
 " Es que el pueblo no habla el mismo lenguaje que nosotros.
Su abecedario no tiene letras, sino apenas
formas, movimientos, gestos. Y no es que el pueblo sea
analfabeto, sino que quiere decir cosas
que nosotros ya no decimos"
Rodolfo Kusch en Indios, porteños y dioses,
Stilcograf, Bs. As., 1996, p. 116

Bibliografía:
BASCHETTI, Roberto, Comp. (1997) Documentos de la resistencia peronista 1955-1970. Bs. As, De la Campana
______________________ (2001). Documentos 1976-1977. Volumen I. Golpe militar y resistencia popular, Bs. As., De la Campana.
DUSSEL, E. (1973) “Cultura Imperial, Cultura Ilustrada y Liberación de la Cultura Popular” en , Stromata, n°12, año XXX, Universidad del Salvador, San Miguel, enero-julio.
JAURETCHE, Arturo (2008). Ejército y política, la patria grande y la patria chica. Corregidor. Buenos Aires.
MANGIONE, Mónica (2004). El movimiento de sacerdotes para el tercer mundo. Editorial Kolektivo. Bs. As. Disponible en http://es.scribd.com/doc/8734795/El-Movimiento-de-sacerdotes-para-el-Tercer-Mundo. Consultado el 28/07/11.
MEDINA, Mariano (2002) La Pisada del Unicornio.
PERÓN, Juan Domingo (1984), Obras completas 23. La hora de los pueblos. Latinoamérica ahora o nunca, Bs As. Proyecto Hermandarias.
PONZA, Pablo (2010). Intelectuales y violencia política 1955-1973. Editorial Babel. Córdoba.
TORRES ROGERO (1966). El que tenga oídos. Ediciones Diálogo. Córdoba.
___________________ (1962). La circunstancias. Colección Laurel. Edición Díaz Bagú. Córdoba.
___________________ (2009) “Cultura Popular y Revolución: Para una poética del 17 de octubre” en SILABARIO nº 12, año XI. Págs. 13 a 29. Edición virtual disponible en http://www.revistasilabario.com/p/notas-principales_04.html



[1] Para Mario Eduardo Firmenich, el pueblo “Son millones de hombres de diferentes sectores sociales con diferentes formas de vida, con pensamientos distintos. El pueblo está compuesto por obreros, por trabajadores que no son obreros, por desocupados, por los marginados, como las colectividades indígenas, por los pequeños productores rurales e industriales. En síntesis, el pueblo es un conjunto heterogéneo de millones de hombres que componen distintos sectores sociales y que, a menudo, tienen diferencias de pensamiento y de intereses, pero que tienen todos un interés común frente a la situación de dependencia que viene sojuzgando a la nación” (BASCHETTI, 1997: 62)

[2] El “mero estar” es el concepto con que Kusch define al sujeto indígena en su condición estática y afectada siempre por la naturaleza. Esta gravidez del indio al suelo implica su voluntad de aferrarse a la parcela cultivada mediante una economía de amparo donde lo que importa es preservar  la comunidad, antes que al individuo, en un ambiente adverso.
En cambio, el “ser” es el verbo de occidente donde el mismo terror sagrado ante la “ira divina” es compensado mediante el progreso de la técnica y la ciencia y donde  la naturaleza es afectada por el hombre, lo que lo convierte en una concepción dinámica de la vida frente a aquélla estática. El hombre occidental reacciona ante el temor sagrado erigiendo las murallas de la “gran ciudad”, llenando el “patio de los objetos” y buscando así la erradicación de lo negativo mediante una ilusión de prosperidad absoluta imposible de creer para los indígenas.

[3] El hedor es lo que está latente en el indio, en el campesino, en el obrero, en el “cabecita”, en el negro, en el villero. Para Maturo, a Kusch le importa rastrear la originariedad de América en el marginal pues constituye “lo vital y preformado de la sociedad, aquello que ha permanecido al margen de las categorías del progreso, la institucionalización, la masificación y la apariencia social” (Maturo, 2010: 45)

[4] . Para  el autor: “La práctica militante de la cultura popular, según Michel De Certeau, es una lucha por la toma de la palabra. Toda lucha por el poder, postula, es una lucha por la palabra. En efecto, si la lengua es una producción de todos, su red de contextos explícitos e implícitos es el lugar por excelencia de las prácticas anónimas de creación y difusión. En ella germina el pensamiento seminal, florece la cultura y, por lo tanto, todos los posibles de nuestra libertad” (TORRES ROGGERO, 2009: s/d).




IMPERDIBLE:


Una verdad sólida para toda la vida
Prólogo del Libro Las Juventudes Políticas de Córdoba a cargo del profesor Dr.
Jorge Torres Roggero  y el citado libro de Eduardo Alberto Planas


(*)"Poética es la ciencia nomotética cuyo objeto de estudio son las artes, y la literatura. Para Algirdas Julius Greimas, la poética designa el estudio de la poesía como la teoría general de las obras literarias ( Para Tzvetan Todorov, la poética es una ciencia que estudia el discurso literario; apunta a una reflexión científica sobre la literatura, ubicándose no en el conjunto de hechos empíricos que determinan las obras literarias, sino en el discurso literario. Asume que la obra literaria es una estructura abstracta posible, en la cual existen constantes discursivas que pueden ser estudiadas por un estudio científico.
Esto se debe a que el lenguaje de la literatura se diferencia de los otros lenguajes porque está constituido por un código poético. No obstante se puede apoyar en las otras ciencias en la medida que el lenguaje forme parte del objeto. Tales como las disciplinas que traten del discurso. La poética, según Todorov, se definirá necesariamente en dos extremos, desde lo muy particular, y lo demasiado general. Esto implica que una generalización por medio del discurso, no debe ser inflexible, sino que debe atenerse a la descripción de lo específico y de lo singular (31). Esto significa que se debe teorizar más que apelar una metodología estricta."
 (ver WIKIPEDIA online)



Ø  TRABAJO FINAL. VALLLE, MARIANA. Curso de Posgrado: “Poéticas de la Izquierda Peronista”. A cargo del Dr. Pablo Heredia y el Dr. Domingo Ighina. Acredita 40 horas reloj (con evaluación)



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